Avenida Los Náufragos,
por Israel González
Después de la cursilería de Navidad y Año nuevo (hasta los sátrapas y
los privatizadores se humanizan y externan buenos deseos por la humanidad), las
avenidas, las ciudades se atiborran de náufragos.
Náufragos del amor que no pudieron retener –enhorabuena- porque sencillamente no era amor.
Náufragos de la amistad que no supo entregar verdadera confianza y equidad y respeto.
Náufragos de la familia que intentó ignorar sus fisuras pero que aparecieron en el momento menos esperado.
Náufragos del empleo mal pagado que naufragó porque decidimos irnos a festejar como hacen siempre los demás que todo tienen.
Náufragos del dinero que nunca alcanza.
Náufragos de la algarabía, de la alegría ficticia, creada para soñar que el mundo es bueno.
Náufragos del amor que no pudieron retener –enhorabuena- porque sencillamente no era amor.
Náufragos de la amistad que no supo entregar verdadera confianza y equidad y respeto.
Náufragos de la familia que intentó ignorar sus fisuras pero que aparecieron en el momento menos esperado.
Náufragos del empleo mal pagado que naufragó porque decidimos irnos a festejar como hacen siempre los demás que todo tienen.
Náufragos del dinero que nunca alcanza.
Náufragos de la algarabía, de la alegría ficticia, creada para soñar que el mundo es bueno.
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