Apuntes de la Muestra
Israel González
Parte de la reciente 55 Muestra Internacional de Cine, son las películas “La casa de la radio” (Francia-Japón, 2012, Nicolas Philibert), “La vida de Adéle” (Francia-Bélgica-España, 2013, Abdellatif Kechiche), “Las horas muertas” (México-España-Francia, 2013, Aarón Fernández), “La postura del hijo” (Rumania, 2013, Calín Peter Netzer), “Club Sándwich” (México, 2013, Fernando Eimbcke) y “ De tal padre, tal hijo” (Japón, 2013, Hirokazu Kore-eda).
Para guardar en el olvido, no hay mejor película que “La casa de la radio”, donde jamás ocurre nada como no sea el insípido ir y venir de locutores y entrevistados.
La adolescente Adéle comienza a descubrir que es sexualmente diferente a la supuesta norma heterosexual que la rodea, con la que tiene que convivir desde sus padres hasta sus compañeras de la preparatoria. ¿Por qué tanta bronca con la diferencia? ¿Por qué no aceptar de una vez por todas nuestra diversidad? ¿Acaso Adéle no ama como cualquier persona, no sufre igual el desamor?
En un motel, en la carretera a Poza Rica, Veracruz, Sebastián, Miranda y Mario protagonizan “Las horas muertas.” ¿Hay algo más tedioso que esperar, desde la recepción, a que poco a poco asomen los clientes? Por la carretera pasan autos, se amontona el silencio, se oyen las olas del mar como si quisieran tragarse el mundo. Llueve. Aparece Mario Y Miranda. En la casa del deseo, el cuerpo de 17 años de Sebastián también empieza a desear, a vivir.
¿No debería mamá educarnos para la independencia? ¿A qué edad ya no somos su bebé, su niño? Qué bueno que no exista dependencia sin rebeldía, así sea sutil, como en “La postura del hijo” y “Club Sándwich.”
El amor a los padres o a los hijos no depende de la biología; se construye; se va forjando día a día, en la convivencia diaria, reflexión a la que accedemos con la película “De tal padre, tal hijo.”
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