De Harina y Huevo, por Maya Lima
Una entrevista a Eduardo Mosches.
Eduardo Mosches, Argen-Mex, editor
de la revista Blanco Móvil, poeta, promotor cultural. Amigo querido. Habíamos
coincidido por última vez en una lectura en la estación del metro Pino Suárez,
en el mes de Septiembre, en la ciudad de México dentro del Festival Poesía en Movimiento, donde me comentó que estaba por
iniciar un largo viaje para visitar Argentina y asistir al Festival de Las Artes en Uruguay. Festival al que fuimos requeridos
muy pocos mexicanos, poquísimos y al que afortunadamente Eduardo sí tuvo
oportunidad de asistir, compartir la
lectura de su obra, y saludar a otro querido amigo y excelente poeta como lo es
Roberto Biachi.
Esta es la charla que
tuvimos, Eduardo Mosches y una servilleta, con el pretexto de encontrarnos para
la entrega de un ejemplar de la antología Uruguaya Letras de Babel5 (aBrace editora), en la que, junto a varios
importantes exponentes de la poesía latinoamericana, participamos festejando lo
que fuera aquel Festival de las Artes en Montevideo.
Inconfundible Eduardo. A la
distancia lo observé mientras apresuraba
mi paso al lugar de nuestra cita, debajo del asta bandera del zócalo
capitalino. Nos dirigimos al Café Blanca, en tanto paraba oreja para escucharle
e instruirme con sus opiniones del conflicto de la UACM, conflicto en el que
Eduardo se ha visto perjudicado injustamente
por la suspensión de su salario, así como que se le negara el acceso a su área
de trabajo.
Hablaba entre bromas, de
cómo las buenas conciencias creen firmemente que los estudiantes no piensan. EM- Eso
implicaría que ustedes, las madres, están fallando en la educación (risas).
Le tengo un respeto enorme a los chavos.
En este conflicto han demostrado un proceso de negociación muy medido, muy
claro. Cuando tuvieron que hacer una intervención, tomaron planteles. Justo cuando
debieron hacerlo. Afirmar que el movimiento es guiado o estimulado por académicos
únicamente o por el sindicato, es una aberración imbécil.
De repente, con un
movimiento inesperado de una pieza de pan dulce, cambiamos el rumbo de la
charla. Eduardo, sin ánimo chauvinista declaró que la pizza argentina es la
mejor que ha comido. Me habló de las porciones generosas de queso mozzarella,
del fainá (una especie de pastel esponjosa de harina de garbanzo). Y de todo lo que se empacó,
sobre todo en Argentina, después de no haber visitado el terruño y a la familia
desde hacía seis años. Me habló muy emocionado de cómo lo recibieron sus
sobrinos, del apadrinamiento de la boda de uno de ellos. Vivencias lindísimas, emotivas,
que hizo favor de compartirme, como la despedida que le hicieron sus familiares
en una reunión de empanadas y vino; donde él leyó un texto de “su viejo” (del
último libro que su padre escribiera). EM-
Mi padre tenía una gran capacidad de
relación con sectores juveniles, como maestro, era muy buen escritor, periodista,
un gran dirigente sindical. Él expresaba afecto a través de la escritura, como
poeta, como narrador.
Eduardo me habló de su
barrio, de la vecina que habita ahora el departamento contiguo a el de su
familia, de cómo se re enamoró de Argentina, de la emoción al encontrar la
heladería Roma y la pizzería de su infancia.
EM- A tres cuadras de mi casa, me encuentro con
algo llamado el “Garage Olimpo”, del cual hicieron una película. Era un centro
de detención, donde se torturó y asesinó a personas. Fue un centro de
emplacamiento y licencias, que estuvo funcionando hasta hace seis años, cuando
los vecinos se organizaron para cerrar el lugar. Ahora es un museo de la
memoria. Fue muy impactante porque era tan cercano a mi casa. En Buenos Aires a
partir del gobierno de Kirchner se impulsó
un componente de recuperación de la
memoria. Hay, por ejemplo, en las aceras una serie de placas con nombres de
personas, con datos como: desaparecido tal día, fue activista sindical, etc..de
los años setentas.
En el mismo tono recuerda
sus tres días en Rosarito, las lecturas, la prensa y me habla de la plaza de
las madres EM- Me entero que al inicio de las protestas no eran pañuelos blancos los
que colocaban las madres, eran pañales de tela, como recordatorio de los hijos
perdidos.
Después de dos cafecitos, un
rico desayuno, muchas anécdotas; al fin tuve entre mis manos el ejemplar de la
antología Letras de Babel5, que
fuera la memoria del encuentro literario que formó parte del Festival de las Artes 2012, en
Montevideo, Uruguay.
EM- Montevideo
es una ciudad pequeña, muy verde, muy linda, con cara al mar. Caminando puedes
recorrer toda la ciudad .Es algo muy bello. Llegué antes del inicio del
encuentro. En esos días se inaugura la Feria del Libro, una feria pequeña en la
cual había la presencia de diferentes ámbitos editoriales, independientes y
comerciales. Participé leyendo en el espacio reservado para la Unión de
Escritores, dentro de la misma feria, antes del encuentro.
Después
inició el Festival de las Artes de manera formal, en un gran teatro, con una
presentación de un disco con la musicalización de poemas de alrededor de diez
poetas. Muy bien logrado el disco, sobre todo el poema de Nina Reis (poeta
brasileña) coorganizadora del evento. Hubo la participación de muchos poetas
Uruguayos, presencia de poetas de Argentina, de Chile, Venezuela, Brasil. La
gente de la editorial aBrace, está
realizando una tarea de bilinguidad muy importante, con una mirada inteligente,
pues el encuentro, así como parte de sus
publicaciones son editados de esta manera por la relación fronteriza con
Brasil. Encuentras en Montevideo mucha gente que se maneja en Portugués.
ML-
¿Algún
Mexicano que estuviera por allá?
EM- El que está hablando
ML- Naaaaa, pero mexicano, mexicano
EM-
Eso es un concepto
retrógrado de tu parte. Por qué visualizar que los naturalizados tienen menos
derechos. Hablamos de cultura y la cultura no viene en función del espacio
donde naciste, sino de la cultura que retomas, por lo tanto tu percepción fue
mala, mala. Hay grandes escritores que no nacieron en México y son considerados
escritores mexicanos, por darte un ejemplo Monterroso.
Ok amables lectores, en ese
momento me sentí como la suela de zapato de las caricaturas que decía “TONTA”
EM-
Sigamos
adelante. Enfatizo, el único mexicano era yo. También hubo participaciones de
Ecuador. Hubo diferentes sedes para las lecturas y diferentes actividades. Se
utilizó la feria del libro como espacio de lectura. Actividades muy simpáticas
entre pintores y poetas, donde el dibujante o pintor hacía su versión gráfica
de un poema. Relecturas visuales, que terminaron en una pequeña exposición. El
encuentro duró cinco días. Fuimos a museos, centros culturales, hubo mucho
movimiento, mucha actividad. Lecturas informales en el mercado de la
abundancia, espacio de actividades culturales, donde se imparten talleres,
donde se encuentra la sede de la unión de escritores. Quizá faltó un poco de
infraestructura, pues si en el espacio de este mercado se hubiera facilitado
una lectura masiva hubiera sido muy linda. Me gustó la gente.
Eduardo y yo hablamos de la
migración de la población uruguaya, del autobús poeta, de las gestiones
culturales, de las posibilidades infinitas que tienen los encuentros literarios
para llegar a los escuchas que verdaderamente interesa a los actores de la
poesía y las letras. Cómo concretar ideas, cómo poder realmente crear
proyectos. Hablamos de la cultura del Mate. ¡Guau!, me sorprendió eso de que la
gente en Uruguay carga con su mate, (el deambular con el mate). Es más, con un
maletín, un kit que consta de un termo y el espacio para la hierba.
En fin, la mañana fue
maravillosa por los interminables temas de los que se puede hablar y aprender
con la charla de Eduardo Mosches. Agradezco sus carcajadas, su lindo tono argentino que
aún conserva a pesar de sus más de treinta años en México. Nos despedimos con
la posibilidad de encontrarnos en el festival de Zamora Michoacán, (siempre y
cuando nos inviten) para coincidamos con el buen Roberto Bianchi, esto, antes
de ir programando el viaje al Festival de las Artes en Montevideo 2013.
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