Zozohua
Por
Graciela Salazar Reyna
Algunos de los que se fueron con el 2012
Amigos de trajín, se va 2012, con
bienvenidas y adioses, alumbramientos y muertes; la vida, a final de cuentas.
Sigue sorprendiéndonos en el deceso, más si reincide en pocos días; nosotros,
por ejemplo, despedimos a cuatro cercanos de distintas edades, para el caso no
existen límites: el de 47 años, feliz, porque se atrevió dijo, “a dar un
mordisco a la vida”. Coínta de 78, de las madres que adoptamos desde los amigos,
porque, como escribió uno de sus hijos “Llevaba con dignidad el nombre de una
mártir romana ligada a su día de nacimiento, el 8 de febrero. Mantuvo con su
actividad incesante a un marido y a cinco hijos cabezones, pero de buen diente,
y en el trayecto se fue haciendo chiquita, pero a la vez grande, porque a pesar
de los muchos palos que le dio la vida (…), nunca se echó para atrás ni perdió
la esperanza”. Valiosa mujer, profesionista y ciudadana ejemplar de una pieza,
seguiremos queriéndola.
Se fue también, hace unos días, Ledo
Ivo (1924-2012). Poeta brasileño, candorosamente sencillo, humilde y portador
de una voz poética popular que recoge las voces de quienes, más comunes que
corrientes, hacen la cotidianeidad en las grandes urbes, del siglo XXI. Ese poeta
“indignado”, prefería ser “vuelo de pájaro a todo cuanto es eterno”; le era connatural
“dar voz y música al que no la tiene”, sin discriminar especies.
El hilván de hoy está en voz de la
esperanza de hombres y mujeres que viven buscando la felicidad, para sí y de quienes
les rodean, como Cointa y Ledo, que van picando en su propia razón de vivir. Sean
luz para encontrar, a pesar de los pesares, nuevos y viejos caminos e
inspiración para transitarlos airados, en 2013. Degustemos “La lechuza blanca” que
pareciera mirar por los ojos de Ivo y éste mimetizarse en sus palabras, para
recomenzar…
“Desde mi casa entre los árboles /escucho
el rumor de la noche /el viento esparce los astros crepitantes /las montañas
descienden en dirección al mar como rebaños /que no esperan permiso de la
aurora para la migración necesaria /y la hierba crece y el agua corre /y el
mundo recomienza como una palabra interrumpida /y las nubes caen del cielo y se
arrastran en el camino enfangado /por las lluvias de enero /un pío atraviesa la
espesura murmurante /
la lechuza blanca, mi hermana
sedentaria /vigila en la oscuridad el mundo abandonado /por tantos párpados
cerrados”.
(Traducción de Martín López-Vega)
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