La revolución traicionada
Israel González
En las concentraciones en el zócalo de la ciudad
de México, Andrés Manuel López Obrador tenía a bien recordarnos a sus
seguidores que él no nos traicionaría: “Yo no los voy a traicionar”, decía ante
el oído atento de todos.
El tema del documental “Palabras mágicas (para
romper un encantamiento)”, de Mercedes Moncada (México-Guatemala, 2012) es,
otra vez, la traición.
Por lo que se ve, además de ladrones y
prepotentes, los malos políticos ya tienen bien grabado en su ADN la traición y
la demagogia.
En México, los Chuchos -capitostes del PRD- no
representan, por el lado que se les vea, una salida verdadera al hartazgo en el
que vivimos millones de mexicanos que votamos por el otra vez defraudado Andrés
Manuel López Obrador.
Hartos del PRI, del PAN, de los Niños Verdes y de
una izquierda que se dice moderna porque traiciona -”dialogando”, pactando- sus
ideales a cada rato (y que seguramente no era la que soñó el recién fallecido
Arnoldo Martínez Verdugo), después del más reciente fraude estamos a la espera
¿de qué?
En “Palabras mágicas...”, Mercedes Moncada
rememora el triunfo de la revolución sandinista y su posterior desencanto del
“heredero” negociable del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Daniel
Ortega.
De1937 a 1979, nada más y nada menos, los Somoza
saquearon y oprimieron, en una transferencia esquizofrénica del poder, al
pueblo nicaragüense que el 17 de julio de 1979 consiguió derrocarlos organizado
en el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Después vino la traición y el enriquecimiento, a
costa del pueblo, de Daniel Ortega. Y sus discursos demagógicos con los que
quisiera hacernos creer en una honestidad de la que carece, en los principios
que nunca tuvo ni tendrá.
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