domingo, 5 de enero de 2014

De la crítica literaria, por Arturo Texcahua


La primera crítica de un libro la realizan personas con tiempo y disposición para participar en los medios; las más de las veces no son académicos, predominan los escritores, los periodistas profesionales, y gente interesada en la cultura y en el arte especializados en literatura, así como asiduos lectores con fino olfato. Estos primeros analistas hacen una crítica sin profundidad, pero con agudeza, que se condensa en una reseña. La rapidez de sus juicios, surgidos de una primera lectura y construidos con las prisas del periodismo, supone  inmediatez, superficialidad en el análisis, especulaciones arriesgadas que rara vez desmenuzan y advierten todo lo importante que puede haber en un texto literario. No obstante estas limitaciones, sus comentarios son punto de partida, referencia obligada no sólo para el lector que requiere orientación ante una oferta muy amplia de títulos, sino también para el investigador que busca antecedentes.
En el estudio del texto literario, se considera que el periodismo cultural no realiza un trabajo serio, por ello, generalmente se le objeta. Sin embargo, en un principio esta crítica es la que orienta al lector a leer un libro, a veces como parte de una campaña publicitaria que busca conseguir el mayor número de compradores. Esta crítica se ejerce desde revistas culturales, literarias, diarios, semanarios políticos y de espectáculos, con o sin secciones propiamente culturales, porque la lectura de un libro se ha integrado a las actividades que se realizan para ocupar el tiempo libre.

Esta crítica periodística quizá hasta consagre autores y libros, pues un comentario vertido en un medio de alcance nacional puede llegar a una audiencia formada por millones de personas. De este modo, editoriales económicamente fuertes o autores con prestigio afianzan la venta de sus libros.

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