Sexo a plena luz
Israel González
Quizá porque más del 80% de la población mexicana
profesa la religión católica, no es nada fácil escribir o hablar abiertamente
de sexo.
En la década de 1970, si querías ver una película
pornográfica debías esperar a las Funciones de medianoche.
Escribir del amor entre hombres (y asumirte
homosexual) era impensable, con excepción de Salvador Novo cuyos poemas de este
corte permanecen todavía en la clandestinidad.
Molesta ver a dos hombres abrazados, besándose o
tomados de la mano.
Aterra escribir (y ver y leer) sobre penes,
vaginas y cuerpos atravesándose dulce o furiosamente.
Que todo ocurra (como sabemos que ocurre); pero no
a plena luz; no sin sábanas encima.
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