martes, 12 de marzo de 2013

Zozohua, por Graciela Salazar Reyna

Zozohua
Por Graciela Salazar Reyna

Pasada la parafernalia mercantil, del día internacional de la mujer, el 8 marzo, queda seguir demandando, a diario y en todos los espacios posibles, equidad y respeto a los derechos de la mujer en el mundo y en México, donde por cada 87 hombres adultos mayores existen 100 mujeres y más de millón y medio de ellas, según el Censo de Población y Vivienda 2010, no saben leer ni escribir; esto evidencia que el tema está pendiente, también que a desigualdad y violencia se suma la edad, lo cual hace a la mujer adulta mayor doblemente vulnerable y hasta cierto punto marginal, pues no hay suficientes estudios serios donde pueda saberse qué sucede con las mujeres adultas mayores, quizá, porque ya no son económicamente activas sino “improductivas”.

No sabemos cómo viven y de qué, muchas de ellas; cuántas adultas mayores tendrán que pedir limosna o buscar qué comer en la calle, si la discapacidad física o mental no les impide. Es uno de tantos asuntos relacionados con desatención y marginalidad de pequeños grupos que aunque no se noten conforman, a veces de manera lamentable, la sociedad de este país. Pequeños grupos digo, mientras pienso en las mujeres que van engrosando, en años recientes, las filas de vagamundos en las ciudades; deben espigar en los botes de basura para comer. Me pregunto, si pertenecen esas adultas mayores a una familia, con hijos y nietos, ¿ante qué aprendizaje social, cultural, cívico y filial u amoroso se encuentran jóvenes y adultos? El mensaje está allí nos guste o no, va creándose socialmente una forma de actuar y valorar; qué significa la vejez, de mujeres adultas mayores, en esta sociedad mexicana ¿son estorbos, viejas y viejos?

A propósito, “Junta familiar”[1] relata bien actitudes de hijos y nietos, ante quien fuera mujer de su casa, en rol de cosa. Dejo aquí un fragmento, intuyendo que recordarán ustedes muchos más casos reales y ficticios. Conviene considerar, mientras ensartamos cuentas, la estimación de CONAPO, para 2030: México tendrá más adultos mayores que jóvenes menores de 15 años; ¿qué tanto falta?

“Salió del taxi y le pidió al conductor que esperara unos minutos. Se encaminó a la entrada de una casa de fachada semejante a todas las de ese moderno fraccionamiento. Abrió la muerta una mujer de unos cuarenta años, su hermana.
–Te traje a mamá. –se lo dijo así, sin siquiera saludarla.
–No me puedes hacer esto, Rebeca –le contestó alterada la mujer.
– ¿Y qué quieres que haga? (…) ¡Ah!, y con la novedad de que ya no me reconoce. (…)
La discusión se prolongaba ya más de diez minutos cuando fue interrumpida por el taxista que desesperado las interpeló: ¿Qué hago con la viejita que está en el carro? Yo tengo que seguirle y… Amalia muy molesta se dirigió al taxi, abrió la puerta trasera y con un ¡muévase mamá! la sacó del automóvil. Un mapa de orines quedó grabado en el asiento (…)”







[1] Leticia M. Hernández Martín del Campo. Seis cuentos indecorosos y dos historias verdaderas, Monterrey, México (Preparatoria 16, UANL), 2002

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