Arturo Texcahua ciñe la palabra, afila la imaginación
Israel González
La pareja, el amor, el sexo, la familia, los sueños y la reflexión en torno al acto de escribir, son temas de “Ceñir la palabra” (México, trajín, 2015, 1ª edición), del escritor, editor y promotor cultural Arturo Texcahua.
La breve colección de relatos abre sus puertas con el hermoso texto titulado “Sueños” (“4. Era incapaz de soñar, el insomnio lo disminuía y le quitaba fuerzas. Lo irónico era que encontraba sueños por todas partes. Lo perseguían en el metro, lo acompañaban en el trabajo, lo sorprendían en la clase de inglés o lo amagaban en la biblioteca. Aun en el parque o viendo televisión había sueños que lo acorralaban. Cuando iba a la cama, sospechaba que, como él, se ponían la pijama y se acomodaban a su lado, listos para no dejarlo dormir.”), y continúa con el apartado “Arrebatos y amor”, para finalizar con la sección “Obsesiones”.
Habilidad para mantener el ritmo de las historias, contundencia de los finales (abiertos o cerrados), manejo del sarcasmo cuando se requiere (y, por lo que verá el lector, siempre se requiere), “Ceñir la palabra” es, además, una crítica a esa institución con frecuencia asfixiante llamada familia:
“III. ¿Divorcio? Decidimos algo mejor. Habitaciones distintas, baños distintos, televisores distintos, encuentros sexuales distintos, un mismo y feliz hogar.” (“Momentos”, p. 22).
“La Liebre abandonó su hogar por la madrugada. No se despidió de nadie. Fue al puerto más próximo y se embarcó hacia un lugar muy lejano, donde nadie lo reconociera y pudiera adquirir otro nombre. No volvió a correr; alguna limitación sicológica no se lo permitía. Pero compartió su experiencia preparando a otros y a los hijos que tuvo de un matrimonio reparador. Nunca volvió al escenario de la afrenta.” (“La Liebre”, p. 54).
domingo, 6 de diciembre de 2015
Arturo Texcahua ciñe la palabra, afila la imaginación, por Israel González
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