La "cooperatización" de los colectivos culturales en la ciudad de México.
Por Arturo Texcahua
Por Arturo Texcahua
La nueva idea de la cultura en la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal es estimular la creación de cooperativas que lleven la cultura, el arte y la creación artística a la población que no tiene muchas opciones y que esto no le cueste al Estado. Al contrario, en este "bien" orquestado plan el erario público tendrá más ingresos, la gente apreciará más a la cultura y al arte, pues le costará de forma muy tangible, y los participantes, los grupos que se dedican a fomentar la cultura en su barrio, en su delegación o en toda la ciudad de México, tendrán ingresos, un negocio propio y ya no se dedicarán a pedirle al gobierno recursos para hacer una labor que no ha buscado ser nunca un negocio, sino simplemente la respuesta de la sociedad civil a la falta de espacios, a la ausencia de talleres artísticos gratuitos o al menos baratos o a cubrir actividades culturales y artísticas que parece que ningún gobierno le interesa realmente atender.
Con este nuevo plan todos salimos ganando, por tanto estaremos contentos, en un mundo feliz. Perfecto ¿verdad?
¿Qué les parece el plan del gobierno de izquierda?
Por supuesto que no es un negocio cualquiera, de esos que imaginan los gobiernos panistas y alguna diputada perredista. No, esta es una cooperativa, una organización cercana a los trabajadores, que se basa en la equidad y en el asambleísmo (lo corporativo también está por ahí); es una figura que se acomoda muy bien con los nobles propósitos del actual gobierno, cuya frase de batalla es "decidiendo juntos".
Tal vez para empujar a los grupos y colectivos a la "cooperatización" la Secretaría de Cultura ha detenido los apoyos que se daban en la administración pasada a colectivos, grupos y artistas para impulsar proyectos en sus comunidades. Por segundo año no se sabe nada cierto sobre el tema. Se dice que se están dando apoyos discrecionales. Solo hay dinero para algunos. Ya sabemos que la discrecionalidad y la parcialidad son cosa corriente entre los políticos. Es que se eligen a los auténticos colectivos, a los amigos y a quienes se lo han ganado con su militancia y apoyo incondicional. Así son las cosas en los gobiernos progresistas. Ni hablar.
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