Dicen que Manuel Pérez Petit, el director de la editorial Sediento, es
de lo peor.
Por Arturo Texcahua
Según me han dicho, nadie sabe dónde está Manuel Pérez Petit, el director
de la editorial Sediento, ni nadie sabe a dónde se ha ido. Unos dicen que está en
España y otros que quizá aquí, en México, oculto en cualquier rinconcito,
disfrazado para que nadie lo descubra. Todas son especulaciones. La verdad nada
me consta.
Isabel Castellanos asegura que la defraudó con 50 mil pesos.
Dicen que al español lo investiga la Procuraduría General de Justicia
del DF por esa y otras acusaciones; que la Procuraduría Fiscal de la Federación
lo busca por el delito de evasión fiscal y el Instituto Nacional de Migración quiere
preguntarle si trabajó en México durante mucho tiempo con visa de turista,
entrando y saliendo del país para renovar esta visa. Mientras esto ocurre, sin
embargo, este encantador escritor (quien según él ha seducido a más de alguna
poeta mexicana, ya saben la fuerte atracción que ejercen estos machos
extranjeros) afirma que Sediento Ediciones está muy activa y la sigue vendiendo
como una editorial exitosa.
Dicen que en España también tiene mucha cola que
le pisen. Aseguran que es un mitómano, un defraudador muy convincente por su
histrionismo y facilidad de palabra, que es una mala y violenta persona, abusivo
con las mujeres (y golpeador), que tiene una hija que no puede ver porque se lo tienen prohibido, que es un sociópata, desequilibrado, y por, supuesto, ladrón.
¿Será cierto?
Yo no meto las manos al fuego por él.
Que aclare, que aclare...
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