Cotidiana
Israel González
El microbús repleto. La acompañante del chofer
indica a los que subimos que nos acomodemos en doble fila y que vayamos pasando
hacia atrás, que atrás es la salida. Pero cuando adelante ya no cabe nadie más
empieza a dejar subir por atrás, por la salida.
¿Alguien entiende?
Cristina Pacheco entrevista al pintor Gilberto
Aceves Navarro, en su programa de los viernes, en el canal 11. Conversan de los
niños, de los animales. Y, de repente, Cristina pregunta: ¿A usted le gustan
los animales? Para el asombro y risa de Cristina – y supongo de los
espectadores-, el pintor responde: Me encantan. Me encantan. Por eso he dado
clases tanto tiempo.
No se debe tener mascotas en los departamentos
porque son muy pequeños; pero algunos vecinos se dan mañas para ocultar a la
vista de todos a sus perros. Hay que mantener la puerta de entrada cerrada por
la seguridad de todos. Hay que evitar arrojar basura en las escaleras. Los letreros
están allí, plenos de palabras, frente a todos; pero parece que dijeran todo lo
contrario.
Después de mes y medio, el hombre del camión
surtidor de gas acusa al vecino de enfrente que hace mes y medio le pagó con un
billete de cien pesos falso. El vecino se defiende diciéndole que por qué no se
lo dijo inmediatamente, que a él jamás le ha ocurrido algo semejante, que quién
sabe quién le dio el billete y ahora quiere agarrarlo a él como chivo
expiatorio. La respuesta del hombre es sencilla, contundente: Entonces ya no
habrá ningún tanque de gas para ti.
La doctora y su ayudante, burlonas, estentóreas,
con una gran “solidaridad” de género porque aunque he llegado antes para la
realización del electrocardiograma, dejan pasar a alguien de su género que se
presentó como diez minutos después que yo. Por indicaciones sarcásticas me
quito el reloj, la playera y los calcetines y me pongo una bata azul
descubierta por atrás. Me acuesto donde y como me indican y la especialista me
mira y estentórea dice que después no vaya a decir que no sabe cómo hacer un
electrocardiograma porque no cumplí con uno de los requisitos que es no ponerse
crema o perfume del cuello hacia abajo (y yo me puse talco en los pies).
Replico que las indicaciones deberían ser más específicas. Y en lugar de decir
“del cuello hacia abajo”, debería decir “del cuello hasta los pies.”
“...me dejaron un papelito en el parabrisas de mi
auto, que decía: Ten cuidado con lo que estás haciendo; y otro papelito
que dejaron tenía escrito: Sabemos donde estás. La persona que me
alquilaba el departamento y vecinos veían con frecuencia que filmaban y
fotografiaban mi auto desde carros sin placas. La verdad, la primera vez sí que
me dio mucho miedo...”, relata a Columba Vértiz De la Fuente, Pedro Ultreras,
director del documental “ABC nunca más” (“Las amenazas al documentalista de ABC
nunca más”, en
Proceso, # 1910, 9 de junio de 2013,
p. 71)
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