Sobre el poemario Territorio verde, de Celene García Ávila.Por Arturo Texcahua
Ser mujer no es únicamente un tema de género, prolongación de un reflejo, aprendizaje de un modelo, imposición inexorable de una tradición cultural. Ser mujer también es una prueba que obliga a los sentimientos a huir de viejos prejuicios. Ante el insensato camino del determinismo, el coraje rompe cualquier condena. Entonces la soledad, si se desea, encuentra rincones para el agobio, y espacios, si se busca, donde la luz, tanta luz, origina el prodigio. Porque el laberinto tiene una salida. Y el placer obtenido es un espacio para la gloria. Todo crece en esa planicie pródiga recién descubierta, la maleza y las flores brotan como la hiedra y los frutos; la palabra es limo, también retoño y árbol, júbilo que se abre paso en un territorio verde, radiante, vivo.
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