10 DE MAYO (LA MADRE), por Jaime Velasco Luján
En la vieja y lejana
Rusia vivía un fabricante de muñecas, las hacía de madera, luego las pintaba
con colores vivos, luego les pintaba grandes ojos y bocas sonrientes. Cada
domingo el fabricante iba al bosque a buscar madera para hacer sus muñecas, le
gustaba la madera vieja y fuerte, de árboles centenarios.Un día el maestro
encontró un trozo y dijo:
—De aquí tallaré la
más hermosa muñeca.
El maestro se
dirigió a su casa, entró a su taller y talló una muñeca realmente hermosa,
luego la colocó en su mesa de trabajo y la bautizó como Matrioska. Cada
mañana, antes de iniciar su trabajo, el fabricante se dirigía a la muñeca:
—Buenos días,
querida Matrioska. ¿Cómo está usted hoy?
La muñeca sonreía en
silencio. Así pasó el tiempo. Una mañana, el carpintero se llevó una sorpresa
cuando dijo:
—Buenos días,
querida Matrioska. ¿Cómo está usted hoy?
La muñeca contestó:
—No muy bien... ¡Me
gustaría tener un bebé!
¡La muñeca podía hablar!
—¡Quiero tener un
bebé!
—Un bebé, ¿para qué?
—Es que, me siento
sola en el mundo.
El maestro no tuvo
más remedio que ir al almacén, buscar el trozo de madera con el que hizo a
Matrioska, regresar al taller y hacer una una nueva muñeca. Esa misma tarde la
muñeca estaba terminada, era igual a su mamá. El maestro regresó al taller y
dijo a la muñeca:
—Te llamarás Oska.
¿Están contentas ahora?...
Al día siguiente, el
maestro llegó al taller y dijo:
—Buenos días, ¿cómo
están?
Oska contestó:
—Mal, yo también
quiero un bebé.
El maestro tuvo que
hacer un bebé el tamaño de un dedo, después le pintó un bigote, regresó al
taller y dijo a las muñecas:
—Este es un hombre,
se llamará Ka... Los hombres no pueden tener bebés. ¿Han entendido?
El viejo carpintero
da media vuelta y se retira satisfecho.
Este cuento
tradicional ruso, Matrioska, lo he adaptado para ser leído en las escuelas
primarias el Día de las madres. La próxima semana el cuento será ACERCA de la
madre de la madre.
BUEN FIN
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