por Israel González
Un año sin primavera. O, cuando menos, duró tan poco que no nos percatamos.
No hubo tiempo de reverdecer ni de florecer.
Nuestros frutos se quedaron en algún lugar, expectantes, mudos.
En mis sueños de niño había infinitos caminos verdes, pájaros todo el día, luz apacible.
¿Llegará el tiempo en que al hombre le sea imposible vivir a pleno sol y deba refugiarse en la noche?
Dormir de día. Vivir de noche.
Y el tiempo avanza inexorable.
No hubo tiempo de reverdecer ni de florecer.
Nuestros frutos se quedaron en algún lugar, expectantes, mudos.
En mis sueños de niño había infinitos caminos verdes, pájaros todo el día, luz apacible.
¿Llegará el tiempo en que al hombre le sea imposible vivir a pleno sol y deba refugiarse en la noche?
Dormir de día. Vivir de noche.
Y el tiempo avanza inexorable.
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