lunes, 18 de noviembre de 2013

En las cálidas tierras del Norte se presentó Llené mis ojos de agua, por Arturo Texcahua

En las cálidas tierras del Norte se presentó Llené mis ojos de agua
Por Arturo Texcahua
15/11/2013
Después del coloquio de Sonora estuve unos días en Mexicali. No fueron precisamente vacaciones. Trabajé en varios asuntos. Principalmente me ocupé del libro Convergencias y divergencias, notas en torno a la investigación literaria, compilado por Luis Quintana Tejera, que se presentará en el encuentro de investigación que se realizará en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México la próxima semana, los días 27 y 28 de noviembre. Me tuvieron entretenido, además, algunos otros escritos necesarios para atender compromisos académicos.
Pero aparte de ello, tuve la oportunidad de visitar a la familia, a la que vi con gusto y cariño.
El sol estaba esplendoroso y calentaba (sí que calentaba) benignamente. Tibios y cortos días para reencontrarme con una ciudad enorme y muy distante de la que fue escenario de los primeros 20 años de mi vida.
Gracias al invaluable apoyo del escritor y cronista Óscar Hernández, director de la Casa de Cultura de Mexicali y al Instituto Municipal de Arte y Cultura local, el jueves 14 de noviembre en este lugar presenté el libro Llené mis ojos de agua, compilación de María Torres. El recinto es un bello espacio, con casi cien años de historia, en el que se promueven con mucho éxito diversas manifestaciones artísticas, además de la historia y la cultura local y del mundo. La sala donde se efectuó esta actividad presentaba interesantes obras de la artista Ruth Hernández, lo cual engalanó el suceso.
Las autoras leyeron fragmentos del libro y se hicieron comentarios. Yo leí lo siguiente:
"Sea esta ocasión para decir cuánto y cómo aprecio y reconozco lo que de tan evidente es más que obvio: el papel, el trabajo, la fuerza, la inteligencia y la tenacidad de la mujer –amén de otros muchos atributos que por espacio y tiempo no diré– son, sino de mayores dimensiones, iguales que el de aquellos más admirados hombres de una historia que hemos escrito nosotros, los del sexo masculino, y que al parecer casi siempre hemos protagonizado.
"Es cierto, la hemos encabezado: hemos sido los héroes, los descubridores, los sabios, los gobernantes, los conquistadores, los generales, los profetas, los visionarios; en resumen hemos sido todos los grandes personajes de la humanidad porque, principalmente, durante muchos años, nosotros los hombres no permitimos que las mujeres hicieran otra cosa que procrear y cuidar hijos, atendernos y ser un personaje anónimo que se ocultaba en el hogar y que tenían en la cocina el despacho principal de sus asuntos.
"Hoy son muchas las mujeres que participan en tareas que por años fueron exclusivas de los hombres, algunas han sumado esas nuevas actividades a las tradicionales, otras han tratado de distanciase de esos antiguos compromisos. Una y otra postura han creado nuevas formas de convivencia en la sociedad, en la familia, en la pareja, con escenarios antes impensables, problemas y fricciones. Los divorcios son parte del resultado. Pero también se han vivido enormes satisfacciones y grandes oportunidades de desarrollo. Seguramente que con el tiempo y la inteligencia humana, las complicaciones que estos cambios han provocado se arreglarán satisfactoriamente para todos.
"Las mujeres aún están forjando su nueva identidad, lejana de construcciones culturales obtusas, tanto del pasado como del presente. Aún tienen mucho por remontar, así como sin fin de actividades en las que incursionar y espacios cerrados por abrir.
"Soy parte del grupo de hombres consentidos por las mujeres. He recibido de ellas amor, cuidados, atenciones, educación, conocimientos, consejos y apoyo. Han sido mis compañeras, mis subordinadas o mis jefas. A su lado he tenido gratos momentos y acentuadas diferencias, roces que a ratos han bordeado el odio. Pero nunca por ser mujeres, sino porque luego, como es normal en este mundo, hemos pensado de modo distinto. Por supuesto que la mujer no es buena solamente por ser mujer, ni el hombre por ser hombre es ya malo, como algunos posicionamientos radicales lo enuncian. Todos sabemos que cada quien tiene lo suyo.
Yo agradezco todo lo bueno que me han dado. Por eso hoy estoy muy contento de presentar el libro Llené mis ojos de agua…"

No hay comentarios:

Publicar un comentario