Dedicarse a vivir
Israel González
Ben pregunta a Mónica (en No molestar, de
Yvan Attal, Francia, 2012) a qué se dedica. Y ella responde que a vivir.
No sabemos exactamente a qué se refiera con
dedicarse a vivir; pero suponemos que su oficio es pasarla bien con su bebé y
su amante en turno, una joven mujer que, a veces, suele mantener relaciones
sexuales con hombres.
Los amigos Ben y Jeff, por su parte, no andan muy
lejos de vivir el lado placentero de la existencia.
Separados desde que concluyeron la universidad, el
reencuentro les depara la no muy agradable interrogante de ver si son capaces,
igual que en ese mundo de libertades en que se desenvuelve Mónica y su amante,
de filmarse teniendo relaciones sexuales pese a ser heterosexuales. Y, además,
excelentes amigos.
Jeff, “artista de espíritu aventurero”, acaba de
estar en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Ben y Ana, después de diez años
de casados, han decidido tener un hijo.
La película plantea y resuelve muy bien la
interrogante de hasta dónde somos capaces de transgredir nuestros propios
límites, de ir más allá de lo que nos dictan nuestras intransferibles
pulsiones.
Vale la pena ver No molestar y divertirnos
y reflexionar con los personajes de esta excelente película francesa.
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