Hace casi dos años fui asaltado con violencia en la vía publica. Los agresores fueron identificados plenamente: me asaltaron a mano armada, fui gravemente herido, me robaron, posteriormente suplantaron mi identidad para utilizar mi tarjeta bancaria.
Después de mas de quinientos dias, y muchas gestiones de mi parte, las autoridades no han hecho nada. Para mi el caso esta cerrado. Hice lo que pude, pero la justicia no funciona si las autoridades no hacen su tarea.
El día de hoy, para cerrar este capitulo, le envié una carta de protesta al Procurador General de Justicia del Estado, misma que quiero compartir con ustedes.
Saludos.
Mario Castillo.
CARTA AL PROCURADOR GENERAL DE JUSTICIA
DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA
“Los violentos son
poderosos gracias a su complicidad con las autoridades: Obispo Raúl Vera.
El día 2 de septiembre del año 2011 sufrí un asalto en la vía
pública, por dos sujetos: uno de ellos
esperaba en una motocicleta mientras el
otro, armado con una escopeta exigía mis
pertenencias, las llaves del vehículo.
En un momento dado me enfrente al delincuente por temor a que me
disparara por la espalda. Fui
salvajemente golpeado con pies, manos y por lo menos una vez con el arma en la
cabeza.
Una vecina del lugar, una anciana se acerco a escasos diez
metros de nosotros y le grito: “ya viene la policía”. Esto hizo que el delincuente suspendiera la
golpiza que estaba propinándome y huyo junto con su cómplice que lo esperaba en
la motocicleta. Estoy convencido que a
esta señora le debo la vida.
En el enfrentamiento que tuvimos, el delincuente perdió el
casco con el que se cubría y fue reconocido por los vecinos. El nombre del
agresor y su domicilio esta en el expediente, el de los testigos aun los conservo, supongo
que ustedes también.
Este asalto pudo haber sido resuelto en flagrancia, si la
policía hubiera llegado cuando se les llamo, me consta que los vecinos se
comunicaron. La policía tardo alrededor
de media hora en llegar, a pesar de que la comandancia de policía se encuentra
a 5 o diez minutos del lugar del asalto.
La policía ministerial llego después todavía.
En mi estado de semiinconsciencia, escuche que algunos
vecinos comentaron a la policía que los asaltantes estaban en Estación
Pascualitos. Para que se de una
idea, ese lugar solo tiene una calle de
acceso por la carretera a San Luis, y un lugar de salida, que es por la Colonia
El Robledo, a unos metros de la Comandancia
de Policía. Ningún policía ni autoridad
hizo nada por dirigirse a ese lugar. Hubiese
sido fácil localizar a dos personas paseando en motocicleta, ustedes no hicieron nada.
Los vecinos identificaron al que me golpeo: Nombre y
domicilio, y esta en el expediente, pero también lo tengo en mi poder, tiene un hermano que es o fue policía. Es un vicioso que se dedica a asaltar a los vecinos con la protección de la
policía.
Acudí a las instalaciones de la PGJE muchas veces, perdí la
cuenta. Tengo un expediente con todas
las anotaciones, comentarios, mas
comentarios, evasivas, total: una larga lista de justificaciones por las cuales
no hacían su trabajo: detener a un asaltante.
Estoy convencido de que en México, y concretamente en
Mexicali, hay ciudadanos de primera y de segunda, y este pensamiento se me
reforzó con la infinidad de veces que acudí
a su oficina a buscar justicia, y
me di cuenta que la justicia es una de las cosas que mas escasea en la
PGJE. Voy a hacer una pregunta con todo
respeto y usted seguramente me dará la razón:
¿Cuanto tiempo hubiesen tardado en detener al asaltante si
la victima hubiese sido usted, o alguien de su familia, o si el agredido hubiese sido un diputado, un juez, un regidor, o el presidente municipal ?
Voy a responder por usted: el agresor y su cómplice habrían
sido detenidos en un plazo no menor de dos horas ni mayor de dos días.
Por mi parte me siento bien,
estuve incapacitado mas de un mes,
y tarde mas de un año en
recuperarme física y mentalmente de los golpes,
aclaro que mi recuperación no ha sido total. Nunca recibi de ustedes apoyo de ningún
tipo: para atención medica , operaciónes
, o tratamiento psicológico.
He perdonado a mi
agresor, aunque nadie me quita la idea de que debería de estar en la cárcel, y
me da tristeza el pensar que quizá a la fecha haya efectuado unos cincuenta o
un centenar de asaltos mas, con el apoyo
indirecto de ustedes. Hice lo que pude,
no puedo hacer más.
Lo que no puedo entender, es porque hay tanta ineficiencia
en la PGJE. No logro entender porque no
actúan. Da la impresión de que trabajan
en colaboración con los criminales, y no en su contra.
No pienso que a estas alturas vayan a hacer algo con mi
caso. Es más, creo que no deben de hacer
nada a estas fechas: quinientos veintiún días después de que levante la
denuncia no hay nada que hacer.
Solamente me queda protestar, y decir que en mi caso, a pesar de que puse todo lo que estaba de mi
parte, la justicia nunca llego.
Mexicali, Baja
California, 14 de mayo de 2013
Atentamente.
Mario Castillo Noriega.
***El texto no fue editado por Trajín, se publica tal cual lo envió el autor.
***El texto no fue editado por Trajín, se publica tal cual lo envió el autor.
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