sábado, 11 de abril de 2015

Yo coincido, por Daniel Jiménez

Yo coincido
por Daniel Jiménez

La cascada de humo es a la inversa, cae el humo en el hígado horizontal del lago del techo, hemos subido al cuarto de Enrique todos como síntoma de nuestra embriaguez, la mía no lo es tanto, apenas un mareo relajante nubla mi cabeza. Sentados en la isla de la cama junto a Omi, Chava y Kike; ven las fotografías de una boda antigua donde Enrique yace agazapado en alguna esquina de la cartulina con un traje artificial negro. La sustancia de la habitación es espesa, la atmosfera aun así no pesa, oprime débilmente como un puño revelador de nuestro físico existente. Divaga la poca luz de la lámpara que lame con pereza la superficie de las fotografías y los rostros ahí pendientes y presentes.

Yo, lejos, de pié, contemplo la escena esperando el desenlace. Coincido que será muy seguramente el llanto de Enrique por su esposa muerta. Sus ojos tienen luz propia mientras señala con dedos lentos las figuras en la fotografía, una sonrisa triste dibuja en su rostro la sombra de la felicidad perdida, mientras empuña con la otra mano una botella que siempre lo acompaña en su viaje al pasado; el camino es el mismo, ya logro ver las lágrimas surcando su rostro. También son caminos idénticos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario