jueves, 31 de julio de 2014

Sólo Dios sabe, por Israel González

Sólo Dios sabe
Israel González

Si tiene todo en casa, ¿por qué la adolescente de diecisiete años se prostituye?
En un programa reciente de “Diálogos en confianza”, uno de los especialistas comentaba sonriente que él para explicar lo científicamente inexplicable recurría a la frase “sds” (sólo dios sabe).
Después de aquella declaración del dermatólogo pensé en el quiste sinovial: aparece de pronto y se puede quedar allí toda la vida o desaparecer tal como llegó. Y los médicos no saben por qué.
En el largometraje “Joven y bella” (Francois Ozon, Francia, 2013), la adolescente Isabelle comienza a prostituirse con hombres mucho mayores que ella.
Al parecer, los muchachos de su edad no la satisfacen ni aun sus novios cariñosos y tan apetecibles como ella.
Dinero, diversiones, libertad, buen trato de la madre, del padrastro y del hermano menor y una escuela con una buena amiga en quien confiar, los hay.

Pero Isabelle prefiere el riesgo, la aventura: transformarse en la calle en mujer fatal y correr a los hoteles a tener sexo con desconocidos.

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