martes, 20 de diciembre de 2016

Ana Frank, por Israel González

Ana Frank
Israel González


Los judíos ricos como la familia de Ana Frank lograron esconderse, por un tiempo, de la salvaje persecución nazi.
La primera narración de Ana a Kitty, su diario, data del domingo 14 de junio de 1942, y la última corresponde al martes 1 de agosto de 1944. Tres días después, el 4 de agosto de este último año, las ocho personas ocultas en el Anexo (sus padres y su hermana Margot, los señores Van Daan y su hijo Peter, Dussel) son descubiertas y enviadas a campos de concentración.
A dos meses y días de cumplir 16 años, Ana muere en el campo de concentración de Bergen-Belsen; su sueño de ser escritora, formar una familia y vivir ochenta años queda fatal y lamentablemente truncado.
Como no iba dirigido a ningún público sino a ella misma, la adolescente Ana escribe con inusitada franqueza sus reflexiones y sus sentimientos. No ama a su madre ni a su hermana; admira a “Pim”, su padre; de los señores Van Daan se queja todo el tiempo y de Peter opina que es un inmaduro y un tonto hasta que se enamora de él.
“Las quiero sólo porque son mi madre y mi hermana, pero realmente, como personas, no me interesan mucho. En cuanto a papá, es otra cosa. (…) Porque yo adoro a Pim. Él es mi gran ideal.”
“No puedo imaginarme viviendo como mamá, la señora Van Daan y todas esas mujeres que cumplen con su deber y son olvidadas más tarde. Además de un marido y varios hijos, necesitaré tener otra cosa. (…) Quiero seguir viviendo, aún después de morir.”

“Otra cosa más. Ya sabes cuál es mi mayor anhelo: llegar a ser periodista, y más tarde escritora famosa. ¿Seré capaz de lograrlo? O acaso ¿es mi manía de grandeza? Habría que verlo, pero hasta aquí, los temas no me faltan. En todo caso, después de la guerra, me gustaría publicar una novela sobre el Anexo. No sé si lo consiga, pero mi Diario me servirá de documento. Además del Anexo, han surgido otros temas. Ya te hablaré de ellos largamente, cuando hayan cobrado forma.”

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