jueves, 9 de octubre de 2014

El hombre, por Israel González

El hombre
Israel González
La crueldad humana no tiene límites. Un ejemplo reciente es el del estudiante Julio César Mondragón, de la Normal Rural de Ayotzinapa, en Guerrero, quien después de ser asesinado todavía se dieron tiempo los verdugos para desollar su rostro.
Desde la presidencia de Calderón y, ahora, con Peña Nieto México no deja de sangrar, de morir.
Dos películas de estreno reciente tienen como tema la crueldad humana: “El nudo del diablo” y “El gigante egoísta”.
En “El nudo del diablo” (Atom Egoyan, Estados Unidos, 2014) el director nos muestra cómo muchas veces la justicia estadunidense  no es objetiva y –prejuiciada- encarcela y mata a personas inocentes.
La historia está basada en un acontecimiento real: el asesinato de tres niños de ocho años, en 1993, en Memphis, a manos no de los tres jovencitos consignados sino probablemente del padre de uno de los muertos.
En “El gigante egoísta” (Clío Barnard, Reino Unido, 2013), dos amigos adolescentes de 14 años son presa del desalmado vendedor de chatarra, de nombre Kitten.
Kitten y otros adultos chatarra no se tocan el alma para robar, para burlar, para amenazar y violentar la integridad de Arbor y Swifty. Se aprovechan de su vulnerabilidad juvenil y de su precariedad económica, tal como en la vida real, tal como en este México y en este mundo dominado por todo tipo de gandallas.

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