jueves, 9 de octubre de 2014

LA MUERTE EN RULFO (ANÁLISIS DE "EL LLANO EN LLAMAS"), por Jaime Velasco Luján

La muerte en México tiene muchas facetas: hay calaveritas de dulce, Día de muertos, pan de muerto, calaveras literarias, calacas y palomas, la calaca tilica y flaca que se hace de plástico o de madera, etc. Lo anterior es una concepción prehispánica del paso de la vida a la muerte, donde "De algún modo se vive" según Netzahualcóyotl. Entre los aztecas no existió el temor a la muerte, ésta era el siguiente paso, después del término de la vida: se vivía en el Mictlán, a donde se llegaba guiado por un xoloescuintle, por eso los personajes de Rulfo no muestran temor, lo toman como algo natural.
La concepción católica dice que se debe temer a la muerte porque no habrá resurrección: se llegará al cielo o al infierno para siempre, lo cual atemoriza a sus fieles.
Las demás religiones (mitologías) Occidentales afirman que siempre se vivirá, en otro mundo, o en otra dimensión: los griegos, los árabes, los orientales, para quienes la vida o su forma equivalente no termina nunca. Algunas religiones hablan de la resurrección, en Oriente llamada reencarnación.
En la India se habla del karma: cada uno de los actos de la vida que van conformando nuestro destino hasta hacernos seres más perfectos o más imperfectos que cuando nacimos. El karma final, suma de todos los actos de nuestra vida, determinará nuestra forma de reencarnación: regresaremos a este mundo para reparar los daños que hicimos o para seguir nuestra evolución personal. La reencarnación, sin embargo, no es indefinida, termina con el sistema planetario. Lo que empieza, termina. Por eso se dice que la vida es breve, que tarda lo que un suspiro, que no somos nada, etc.
Muchos libros han sido escritos, o han pasado oralmente para guiar a los muertos en el momento en que el alma deja al cuerpo: El libro de los muertos es un clásico de las literaturas Maya y Budista, pero casi nadie los lee...
Muchas religiones recomiendan que, a la muerte de un ser querido, se guarden un tiempo de "duelo", es decir, la muerte afecta más a los vivos que no verán más al ser querido, pero si el difunto vive en otro lugar o reencarnará, el duelo carece de sentido.

El análisis de "El llano en llamas", de fondo y forma, va como archivo adjunto, al final.

SI LES PARECE BUENO, POR FAVOR REENVIÉNLO
    

No hay comentarios:

Publicar un comentario