domingo, 30 de marzo de 2014

La fotocopiadora estúpida, por Israel González

La fotocopiadora estúpida
Israel González

Cuando alguien se refugia –o parapeta- en la estulticia, de allí nadie lo saca.
Cualquier cosa, menos reconocer un error.
Se equivocan los tontos, los distraídos, los otros.
Los inteligentes siempre encuentran a quien culpar y se desplazan por la vida satisfechos y triunfadores.
Por eso, cuando en la papelería pido la fotocopia de un programa de mano, es la fotocopiadora, y no el dueño, la que saca de cabeza uno de los dos lados.

La fotocopiadora tonta no sabe cómo borrar ciertas manchas, cómo desaparecer ciertas líneas incómodas; es tan bruta que no es capaz de aclarar las imágenes como la de la otra papelería que, para mi desgracia, en este preciso momento se encuentra a varios microbuses y a otras tantas estaciones del Metro.

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