lunes, 4 de febrero de 2013

La muerte de Rubén Bonifaz Nuño en Zozohua, por Graciela Salazar Reyna


 Zozohua
Por Graciela Salazar Reyna

Se va otro poeta, pero se queda, lo sabemos. Rubén Bonifaz Nuño (1923-2013), entregado por completo a las letras; se deshizo de su cuerpo este 31 de enero. Doctorado en Letras clásicas, fundador del Instituto de investigaciones filológicas de la UNAM y profesor, por muchos años, en la Facultad de Filosofía y Letras allí mismo; miembro de la Academia mexicana de la lengua, galardonado en múltiples ocasiones por diversas entidades nacional e internacionalmente. Pero sin duda, junto a su poesía, resulta de gran significado su trabajo de traducción, empezando con la obra de Virgilio y Catulo; que es bastante decir, por lo que implica traducir del griego y el latín.

Es el lenguaje de su poesía, limpio y honesto; cualidad que se agradece siempre en el terreno de la creación. Lo primero que leí de él, recuerdo, La flama en el espejo y me fascinó; me pareció profundo y verdadero “En el núcleo de la rosa múltiple /nació el sol, y se leyó su nombre”; en el mismo poema se cuestiona “¿Soy alguien yo, te preguntabas /dentro de lo oscuro, en el silencio /anterior a la palabra oculta; /te interrogabas alma mía.”.

Ahora al releer algunos de sus textos, secundo el comentario que hiciera Carlos Montemayor, derivado de su lectura  “Hay que agradecer en su poesía –apuntó Montemayor- la conciencia que acecha como una hierba sagrada desde las plantas de nuestros pasos -(¿reverdeciendo?-, de nuestra sangre de recuerdos, de poemas, de cosas”[1]. En su “Semilla del placer, se confirma sin duda esa conciencia intuitiva casi preconizadora, mucho antes de irse.

SEMILLA DEL PLACER, la muerte /mira, agazapada, en el instante /donde apaga su lengua roja /algún dolor que fuimos. Risa /de saber que en algo nos morimos, /que algo para siempre nos perdona. //De escombros nuestros, se encordera /el camino de la noche en andas /que para morirnos escogemos. /Y se vuelve alegre la ceniza /de envejecer, y las arrugas /el ramaje son de un tronco alegre. //Se va cayendo la sufriente /
armazón del temor; inmunes, /cada vez más muertos, aprendemos; /vencida de la edad, el alma /aviva el seso y se complace /del cuerpo difunto en que recuerda.”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario