Sobre la presentación de Crónica de una celebración.
Arturo Texcahua
En un mundo dominado por los medios audiovisuales, en un país con graves rezagos educativos, donde aún hay analfabetismo y todavía muy poco interés por la lectura, dedicarse a la promoción y difusión de las letras es difícil y, en ocasiones, desalentador. No obstante, desde que comencé este esfuerzo hace algunos años, apoyado por otros que aman igualmente las letras y los libros, también he disfrutado de enormes satisfacciones.
Muchas de ellas las he obtenido de los proyectos que he realizado en Xochimilco, lugar donde vivo desde hace varios años como emigrante de Baja California. En este hermoso lugar, —que habitantes irresponsables y mezquinos, así como políticos torpes, egoístas y corruptos, pretenden destruir— he motivado a mucha gente a que escriba sobre temas y momentos de su vida. He buscado testimonios, porque estos contienen sucesos, costumbres, valores, tradiciones, formas de ver al mundo. Es decir, información valiosa, además de interesante, para entender lo que somos y lo que hemos sido. Por esa razón, como parte del catálogo editorial de Trajín, decidí crear una colección que se llama Testimonios, que recopila materiales de esta índole.
Hay entre nosotros una necesidad de expresión, un afán de compartir los sucesos de nuestra vida, un deseo de hacernos presentes en este mundo. Quizá, esas sean las principales razones del extraordinario éxito de las llamadas redes sociales. En estos espacios de la internet está registrada la vida diaria de muchos seres humanos. Sin embargo, a los usuarios de Facebook o de Twitter, se les dificulta escribir un texto testimonial. No es lo mismo soltar frases e ideas sin orden y de manera informal, que sentarse a escribir un texto que requiere todo lo que nos exige un discurso coherente.
También he conocido a muchos que tienen anécdotas e historias muy valiosas; algunos de ellos las cuentan con soltura y extraordinaria habilidad histriónica; otros las dejan salir con temor, pero con el deseo íntimo de poder sacudírselas para siempre.
Es difícil escribir. Aparte del miedo a la crítica social, generalmente no se poseen los elementos técnicos para hacerlo. La redacción, la expresión escrita, forma parte de la asignatura de Español en los planes de educación básica. Pero no se enseña ni se practica lo suficiente. En ocasiones, el propio profesor no sabe redactar. Y si además, para aprender a escribir hay que leer primero, el problema se agudiza. Para recopilar estos testimonios, una opción posible es llevar a cabo talleres donde se puedan confeccionar textos mediante el conocimiento de los elementos fundamentales de cualquier escrito, y la identificación y corrección de errores frecuentes.
Crónica de una celebración incluyó seis talleres para elaborar crónicas. Dos de ellos se dirigieron a niños de las escuelas primarias Fernando Celada y Héroes de la Independencia. Otros dos se realizaron en la biblioteca Quetzalcóatl, en la mañana y en la tarde. Otro se efectuó en la Secundaria no. 89, y uno más en el aula de educación abierta de la delegación Xochimilco. De estos talleres salieron varios de los trabajos que se publican en este libro.
Asimismo, se consideró una convocatoria abierta entre toda la población de Xochimilco, desde niños hasta adultos mayores. Por esta modalidad se obtuvieron otros de los textos aquí publicados.
Como producto final en el proyecto se consideró la publicación de un libro que integrara los mejores trabajos, para ser distribuido, de forma gratuita y principalmente, entre la población local.
Esta vez el tema es la celebración. Aquí en Xochimilco celebramos lo divino y lo santo, a la vida y a la muerte. A las celebraciones acostumbradas en el mundo y en el país, agregamos otras muchas de raigambre local. A ello adicionamos igualmente las fiestas de los grandes sucesos de nuestra vida personal: bodas, bautizos, cumpleaños... Siempre hay motivo para celebrar.
Los siguientes textos —los mejor evaluados por el jurado— son crónicas de algunos de esos festejos. Como en toda crónica hay sucesos y detalles, y también hay opinión y crítica. Algunos son más cercanos a los criterios ortodoxos —si los existen— de un género demasiado flexible y controvertido. Otros son producto de la libertad creadora, y otros simplemente intentos. Pero todos son valiosos y contienen detalles interesantes. Estoy seguro de que el lector recibirá algún beneficio de ellos.
Agradezco a quienes nos dieron facilidades y apoyos diversos para realizar Crónica de una celebración: instructores (Jaime Velasco, Samuel Arias y Arturo Navarro), participantes, servidores públicos de las escuelas y de la delegación Xochimilco. Especialmente, para realizarlo, fueron cruciales los recursos económicos facilitados por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal.
Los espero el lunes 25, a las 6 de la tarde, en el centro de Xochimilco, en el Foro Quetzalcóatl (edificio delegacional)
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