La ciudad en su tinta
Israel González
“Los hijos de puta gobiernan el mundo…”
Un personaje de la cinta “Relatos salvajes”, de Damián Szifron.
Como si fuera de su propiedad, los partidos en el poder se apropian de las instituciones públicas.
No mandan obedeciendo, según la consigna zapatista, sino como caciques irracionales, ciegos, prepotentes.
En Chiapas, el PRI decide a qué hora sale y a qué hora se oculta el sol.
La Ciudad de México expulsó al PRI y confió su destino al PRD, hasta que la mafia de los Chuchos pervirtió los mejores ideales.
Hoy, en la Ciudad de México, padecemos una lucha a muerte entre el perredismo Chucho y Morena.
Por eso, cuando Mancera cambió una buena porción de su gabinete no incluyó a nadie de Morena.
Por eso, Mancera se parece cada vez más a Enrique Peña Nieto, como lo demuestra su más reciente bravuconada de impedir el libre tránsito y la libre manifestación a los compañeros profesores que se oponen a la dizque reforma educativa.
Por eso, también, el drama sindical que se vive al interior de las preparatorias del Instituto de Educación Media Superior.
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