La pesadilla del alcoholismo
Israel González
La vida ya no tiene remedio. Ya no. Por eso, ¿y nada más por eso?, se hunde en el alcohol hasta olvidar qué hizo o qué no hizo.
La pesadilla del alcoholismo inicia cuando no puede detenerse y entonces lo único que quiere es ser feliz e irse a bailar, a seguir emborrachándose luz tras luz, sombra tras sombra.
Eso de estar encerrado todo el día en casa no se le da. Eso de ganar novecientos pesos a la semana como lava loza es una miseria y una injusticia. En cambio, la cerveza es agua, mar, alas, cielo.
Y entonces pasa un día, dos días, tres días, cuatro días y no vuelve ni al trabajo ni a la casa. Olvida que tiene que comer. Olvida que tiene que dormir. Olvida que la familia existe; que el tiempo existe; que esta sociedad podrida y sus reglamentos podridos existen; que los patrones están allí, siguen allí, petrificados, inmisericordes, para exprimirnos, para quitarnos las ganas de vivir…
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