El apagón benéfico
Israel González
Así estaba mejor, sin televisión abierta.
La mañana del 17 de diciembre tomó el control del aparato y constató que ninguno de los canales a los que tenía acceso daba señales de moverse: ni el once, ni el 28, ni el 13, ni el 22, ni el 34, ni el 9, ni el 7, ni el 5, ni el 4, ni el 2, ni el 40. Todos estaban bien muertos.
Después comprobó que películas y música sí, a través del devedé y la pantalla del televisor que se ponía azul para recibir los discos.
Volvió a la cama y por primera vez oyó cómo el silencio y una gran sensación de paz invadía la estancia.
Tendría más tiempo para leer, para escribir y para ver el montón de películas pendientes.
Se ahorraría el coraje de ver y oír a todas horas y en todos los canales el rostro gesticulador de Enrique Peña Nieto y de sus adláteres los supuestos periodistas imparciales de supuestos imparciales noticieros.
lunes, 21 de diciembre de 2015
El apagón benéfico, por Israel González
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