martes, 5 de mayo de 2015

Interestelar, por Israel González

Interestelar
Israel González


La tierra se ha vuelto inhabitable (“Interestelar”, Christopher Nolan, Londres, 2014). Nubes de polvo avanzan cubriendo todo. Aunque huyas te alcanzará. Aunque te ocultes cubrirá tu cuerpo la inexorable mortaja que se extiende como ayer la luz, como alguna vez el verde del que desprendías el fruto para alimentarte y sobre el cual –apacible- reclinabas la cabeza para soñar tiempos mejores.
Si durante más de 40 mil años la tierra produjo vida para esa bestia astuta llamada hombre, ahora la única cosecha que ofrece al paladar es la muerte en forma de polvo. Y habrá que resignarse a morir asfixiado o buscar otros mundos para echar a perder.
Un evento fortuito propició la extinción de los dinosaurios. Y la luz se hizo para la humanidad.
Desde el primer homo sapiens, pasando por las civilizaciones de la antigüedad hasta arribar a la modernidad del siglo XXI, el hombre no había hecho tanto daño como ahora a la naturaleza -su casa- al grado de trastocar el clima.
¿Es hora de empacar? ¿O esperar resignados a que sobrevenga la catástrofe?

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