Jueves
19 de marzo de 2020
He tenido una breve
discusión en un chat de WhatsApp con Alicia Vázquez, doctora en Ciencias de la
Educación.
Me envió la liga a un video
en el que se exponen algunas ideas para enfrentar el confinamiento, el susto y
el miedo. Yo contesté que:
–Bien. Yo estoy preocupado
por la salud de todos, incluida la mía. Quiero decir por el riesgo que
corremos. Trato de hacer lo que me toca, pero, con gran desaliento y molestia,
porque veo que nuestro gobierno le apuesta a que TODOS nos contagiemos,
confiado en que sólo el 2 o 3 por ciento se morirá. Ésa es su estrategia. No se
ocupa de la contención como lo hicieron en China o como lo están tratando de
hacer en otros países, no se aplican pruebas de detección (como han sido
efectivas en Corea del Sur) porque las considera innecesarias y son muy caras.
Sólo se le aplican a quien ya está enfermo, únicamente para confirmar. Desde
una política inhumana, cruel, inmoral, esperan que mueran, así lo hacen
entender, sólo los enfermos de algo y las personas con más edad. Dicen que para
los demás será una gripita o ni siquiera lo sentirán. Confían en amuletos, en
su fuerza moral y en el calor, para detener algo que se detiene con acciones
preventivas, no con lamentaciones reactivas. Lo malo, es que cuando al fin
reacción serán muchísimos los enfermos (con necesidad de camas, atención médica
especializada y equipo), y miles los muertos.
Ella respondió:
–Francamente Arturo creo que
te falta información y no comparto tu visión! Ni todo el gobierno es el
presidente y sus silvestres declaraciones y hay gente honesta y preocupada como
tú y como yo, dando p’alante. Creo que es muy irresponsable regar pesimismo
suicida. Juntemos buena voluntad no inoculando rabia inútil! Buen Jueves!
–Creo que tengo muchísima
información al respecto –fue mi respuesta–, aunque, por supuesto, no soy
médico. Mi especialidad son las letras. Sigo trabajando, coordinando la
operación de mi gente, con responsabilidad y cuidado, porque todos necesitamos
el dinero, enfrentando el presente y viendo el futuro con esperanza. Y sé que
este mundo ha pasado por muchas situaciones parecidas a esta y ha salido
adelante, como seguramente lo hará ahora. Me preocupa no ser de los afortunados
que lo vean.
–¡Sí lo serás! ¡Sólo
cuídate, y mucho! –contestó–. ¡Voy por los 68 años y quiero llegar a 100! ¡Voy
a tu lado, sumemos fortalezas y salgamos de esta adversidad!
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