domingo, 17 de marzo de 2019

Semana santa, por Israel González

Semana santa

comentario de Israel González



Como en los cuentos de Ernest Heminway, en la película “Semana santa” (Alejandra Márquez Abella, México, 2015, su primer largometraje), en apariencia, nada ocurre: Una historia sin historia, un viaje a una playa mexicana donde nada extraordinario sucede como no sea la vida de tres seres humanos unidos por el extraño vínculo del amor.
En “Semana santa”, nadie arranca –con los dientes- el pene a nadie como en “Moebius” (Kim Ki-duk, 2013), ni el narco aparece de pronto para robar la vida y la tranquilidad de la playa.
Como en la vida real, una pareja de enamorados (Dalí –Anajosé Aldrete Echevarría- y Chávez –Tenoch Huerta) y el pequeño hijo de ella (Pepe –Esteban Ávila-, “Pepino”, de 8 años) vacacionan en una playa.
¿Y qué puede ocurrir cuando lo único que se quiere es divertirse, pasarla bien?
Rodeados de hermosos atardeceres, de arena y mar y otros cuerpos que se abren a las sensaciones y a la confidencia, los personajes de “Semana santa” se dejan llevar por lo inesperado, se pierden momentáneamente para volver a recuperarse, para regresar a la playa, otra vez tres, y contemplar –de lejos- el insondable mar. 

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