sábado, 1 de diciembre de 2018

La envidiada Rosario, por Israel González







La envidiada Rosario

Israel González

En “Los adioses” (México, 2017), Natalia Beristáin imagina la vida amorosa de Rosario Castellanos y Ricardo Guerra a partir de lo que la escritora comparte en poemas, cartas, entrevistas y notas periodísticas, y lo que escribieron quienes la conocieron.
Sentados en la amplia mesa del comedor, frente a frente, como en el poema “Ajedrez”, Rosario (Karina Gidi) y Ricardo (Daniel Giménez Cacho) emprenden la escritura que a ella se le da –fruto del esfuerzo, la constancia- con una facilidad pasmosa, lo que origina la rabia del filósofo porque, además, Castellanos coloca siempre, por encima de todo y de todos, la creación literaria.
De clase alta, dedicada a forjar una obra que la ayude a superar traumas de infancia y el ambiente hostil de la Ciudad de México de los años cincuenta del siglo pasado, Rosario Castellanos también desea el éxito  de la maternidad y de un hombre que la ame como ella a Ricardo, ciegamente.
Abortos, discusiones, calmantes y, por fin, un hijo (Gabriel) que le sobrevive, Rosario finalmente fue derrotada (no en la película, donde casi se insinúa la tragedia de la lámpara) por la muerte a sus muy prematuros 49 años de edad.

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