LA PIEL DE OTOÑO
Israel González
En otoño la piel envejece, imita la cáscara rugosa de los árboles más añejos, la piel del cocodrilo y la piel de las siempre montañas lejanas.
En octubre empieza la metamorfosis, se acentúa en noviembre y, en diciembre, amanecemos cocodrilos buscando guarecerse en el calor de los suéteres, gorros, guantes y bufandas.
Aun así, la piel no vuelve a su tersura habitual y amamos a mordidas y a coletazos, vivimos entre tragos ilimitados de alcohol y de café para poder olvidar o, cuando menos, aligerar el peso de las ásperas escamas.