La sátira de Salvador Novo
Israel González
Sin eufemismos, divertidos, los versos satíricos (Sátira. El libro ca…, Diana, 1979, 2ª. reimpresión) de Salvador Novo, son una muestra de ingenio aplicado a su persona y a sus contemporáneos con los que, muchas veces, no tuvo una relación cordial debido a su postura literaria, a su homosexualidad exhibida y al machismo revolucionario reinante del que, afortunadamente, sobrevivió, aunque no ileso emocionalmente.
De sí mismo, Salvador Novo, escribe: “Porque yo fui escritor, y éste es el caso/ que era tan flaco como perra galga;/ crecióme la papada como nalga,/ vasto de carne y de talento escaso”.// ”¡Qué le vamos a hacer! Ganar dinero/ y que la gente nunca se entrometa/ en ver si se lo cedes a tu cuero”. Del amado: “Pero en esta distancia que te aleja,/ dueño de mi pasión, paso mi rato,/ o por mejor decir, me hago pendeja,”// ”ora con suspirar, ora con pedo,/ premiando la ilusión de tu retrato/ y los nuevos oficios de mi dedo”.
A Ermilo Abreu recuerda que Sor Juana, con todo y su grandeza literaria, no podía escapar a su biología, a su fisiología: “Antes que el documento se nos pierda/ en las indoctas sombras del mañana,/ has de saber, Emilio, que sor Juana,/ cual todas las demás, cagaba mierda”.// ”Otro dato importante de la vida/ de esa monja que estudias con empeño,/ es que tenía su entrada y su salida”.// y que a fin de engendrar Primero Sueño,/ a falta de una verga a su medida/ entre las piernas deslizóse un leño”.
Delicioso, el libro se divide en seis apartados: Prólogo; La diegada (1926); Salutaciones; Este fácil soneto cotidiano; Y he de concluir, soneto, y contenerte, y Décimas de estilo nuevo, batidas a puro huevo.
De La diegada (1926): “Consumado cabrón, buey sin arado,/ habla de los burgueses, y alquilado/ del Gobierno y de gringos se amamanta”.// ”Para que no los llene de defectos/ le pondrán los muchachos arquitectos/ un asta aquí –donde le crece tanta”.