LA NEGRADA
Israel González
Oaxaca. De Pinotepa Nacional a Corralero. Lugar de negros que llegaron de África como esclavos y que, ahora, representan el 1.2 % de la población mexicana, un millón trescientos ochenta mil, según la película.
Perseguidos, mal vistos, los negros oaxaqueños comparten las costumbres de un país donde se discrimina y, a su vez, se es discriminado según dice la copla de “El negro Chulo”: “…porque el trabajo es pa’ los indios y yo soy gente de razón.”
Soy negro, pero no soy indio y, además, soy bien macho porque puedo tener las mujeres que se me antojen, diría Neri, el personaje de “La negrada” (Jorge Pérez Solano, México, 2018), cumplidor como el solo con Juanita, su esposa, y Magdalena, la querida, quienes aceptan los papeles asignados por la sociedad de buen modo.
Dividida en cinco momentos: miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo, la cinta va mostrando la cotidianeidad de los hijos de Magdalena y la de Juanita, del joven lanchero y de la madrina y otros personajes y espacios cuyo telón de fondo es el hermoso mar oaxaqueño y sus palmeras.
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